"De este Lado"

Porque te tengo y no Porque te pienso Porque la noche está de ojos abiertos Porque la noche pasa y digo amor Porque has venido a recoger tu imagen Y eres mejor que todas tus imágenes Porque eres linda desde el pie hasta el alma Porque eres buena desde el alma a mí Porque te escondes dulce en el orgullo Pequeña y dulce Corazón coraza Porque eres mía Porque no eres mía Porque te miro y muero Y peor que muero Si no te miro amor Si no te miro Porque tú siempre existes dondequiera Pero existes mejor donde te quiero Porque tu boca es sangre Y tienes frío Tengo que amarte amor Tengo que amarte Aunque esta herida duela como dos Aunque te busque y no te encuentre Y aunque La noche pase y yo te tenga Y no... (Mario Benedetti)

El orgasmo de una mujer no se obtiene cuando le quitas la ropa o cuando tocas su cuerpo. El orgasmo de una mujer comienza cuando le mandas un mensaje diciendo que pensaste en ella para empezar el día. Comienza cuando la ves y en vez de hablar sobre ti y tu día,  la escuchas, la haces sonreír, sostienes su mano y la miras a los ojos en lugar de quedarte en el celular. El orgasmo de una mujer no comienza sin ropa ni en la habitación de un hotel. Comienza en las pequeñas cosas, cuando la etiquetas en una frase de Amor, en aquella broma que hiciste. El orgasmo no es habilidad física, es sensibilidad emocional. No es sostener el cabello y hacer que se sienta segura, es tomar su alma y sacarla a bailar... (autor desconocido)

Y te miro... por donde pueda y desde donde merezco, aún asi, tambien, desde el alma embarrada, harapienta, que no sabe de tiempos ni horarios y me llama de golpe en madrugada. Te miro desde una ventana digital, pequeña y cuando se enciende tu luz verde... porque me da calma? porque es como si estuvieras a un paso, de frente, tan cerca...  ahí... ya tan lejos... Hoy el detalle es una inmensidad y la vida lo pone así y el universo te mira y asiente, cuando transitas el camino del otro, cuando solo te resta dejar de lado tu yo  y unirme a tu piel para sentir el dolor  y extirpar cada astilla para clavarmela en el corazón. 

Casi nunca muero del todo, solo a veces... hay destellos que me salvan, elevan, matan, entierran. Me vive la agonia de esta vida, su furor y desencuentro, indigente cobarde zigzaguea en extremos. Ondula momentos, promete carriles, apoda desiertos, dibuja mis huesos. Podria morirme contigo o jugar al olvido y jugando a ese olvido, tal vez te me subas por alguna grieta inconclusa y en esta tarima de filosofia ambulante me llenes de puerto necesites mi soledad me hables de resto...

  Que voy a hacer con tus ojos...y con los míos... ellos son el silencio mas perfecto, expresivo y perfecto del universo. Prescinden del confronte y de todo aquello que haga estruendo. Es la paz que asumen y llevan en alto por la vida, sin pretensión mas que encontrar del otro lado  esa mirada absoluta  que todo lo siente, todo lo dice, sin provocar sonido. Los ojos tienen corazón propio y palabras mudas en su lenguaje... para que mas? Su brillo y sus lágrimas  son el  Amor, el  infierno,  el abismo y la pasión, todo junto y revuelto en la misma porción. Siempre desmentirán nuestro idioma,  porque muchas veces, ellos no corresponderan lo que decimos, aún cuando digamos odiar y ellos se expongan opuestos. Nada podrá ocultar su luz ni su relámpago... salvo que los míos,  no te vuelvan a ver...

 ...Y todos los días, confieso, me exilio de mí. Entonces... me revuelco en tus ojos y en tu carne pura, en tu insondable luz... desconociendo tus horas, tus pasos, tu todo. Aunque este vuelo sea un ciego que no espera a donde ir, cargando el dolor propio y ajeno en la espalda. ...Y todos los días, confieso, te comparto los míos... como ese ciego y además loco que suelta frases al aire y ... no hay nadie o quizás me escuches... no sabré. Aunque no lo sepas, ni te enteres,  yo te cuento... aunque no sueñes ni esperes,  yo te digo... que serás mi Vida... así... descalza y sin brillos. Te comparto cada día...  aunque queden menos y duelan mas aún así, cuando quedasen mas y doliesen menos. Me exilio en este papel  a respirar profundo algunos párrafos descalzos y sin brillos...  

  La soledad que me gane y la tortuosa circunstancia de hacer mal, se paga con el recuerdo de cada día, con el ausente perpetuo… de todo. Entender que fui el daño, para tener que cruzar al lado opuesto.   Está en mi dignidad tocar fondo, acá me traje yo solo. Y ahora el peso   entero de mi mundo solo espera flotar. El Amor propio es vagabundo y a su vez… el último aliado que queda.

  Cuando las horas no pasan y mi copa está rota y sobra la otra. El cielo, el domingo, que apestan   te aplastan, te encierran suicidan las ganas y cruje el silencio, lo oscuro, la vida, el recuerdo, canciones, lugares, de nadie mas… La noche y sus ecos, los miedos en ronda mi rostro difuso en espejo mismísimo vacio inconcluso, sin carne, sin huella, un mañana sin castillos y el presente en vísperas anónimas. Convertido en partes y también impar... tomar aire para morirse de una puta vez y descansar en paz… y esperar al sol aunque sea otoño y la utopía no abrigue.

         Trataré de llegar...    de nada importa   cuando, ni donde. Allí detrás, después de todo, de tanto... resplandece el propósito, amor, si vieras mi escombro mis ecos y esta lástima latiendo... si vieras que voy sin embargo remendando mis pasos justificando reveses sujetando este delirio tan de amar... cruzando esta causa definitiva trataré de estar... padeciendo cuanto venga empuñándome tozudo ante la sentencia que pueda dictar el destino. Y así voy... con lo puesto con la baratija de mis huesos y algún que otro escurridizo anhelo, con las dudas y los miedos como aliados pero voy... de nada importa cuando llegue allí detrás... quizás el fastidio me consuma pero luego me oxigene este furor, así va sucediendo este accidente, marchito, emergente ileso y vulnerable inclemente o aplacado.   Quizás llegue, amor, entre medio del invierno ya sin nombre y arrugado. Quizás cuando te aborde veas mis secuelas y sea el

  Te voy a poder traer a mí, cuando yo quiera porque la ausencia es eso… y más, si no es una, sino la propia también… porque ando sin patente ni anestesia…   porque te puedo traer en silencio y sin testigos solo con las alas de la mente… y el corazón es un desquiciado sin razones ni nada que explicar… por eso te traigo.

                                                          A la altura de la luna, me supongo extremo,  sin pares a la vista. Todo cielo es mío o si prefiero, la noche también lo es, carezco de testigos y de egoísmo para compartir. Casi que la toco, pero no… su rebanada es huidiza para todos los mortales Y allá abajo… Siempre se la acude, en versos, en sueños, en cursis regalos, en distintas facciones, a veces delgada y otras obesa, naranja o cruda… Será siempre, una eterna hipótesis de cada uno de nosotros. Allá tan alto y tan incógnito,  la ficción que venga en gana.